A pesar de la invasión de turistas, de las fiestas de Mikonos y las noches sin tregua de la playa de Mylopotas, de las románticas parejas que abarrotan Santorini en agosto y la inabarcable Creta, todavía hay paraísos perdidos entre las islas griegas, lugares tranquilos como la hermosa y coqueta Alónissos, una isla alejada del mundanal ruido donde desconectar de todo y de todos y dejarse mecer por las aguas tranquilas del Egeo.
Nuestro descubrimiento de este año ha sido Alónissos, pequeña isla perteneciente a las llamas “Islas Espóradas”, en el mar Egeo, y alejada de los circuitos turísticos habituales, donde este verano disfrutamos de una semana de auténtico relax, dedicando nuestros esfuerzos (es un decir) a disfrutar de algunas de sus magníficas playas.
Las cuatro islas principales del norte del archipiélago de las Espóradas son Skiathos, Skopelos, Skiros y Alonissos, aunque están rodeadas por otras pequeñas ínsulas no habitadas, repletas de calas solitarias y maravillosas (es el caso, por ejemplo, de Peristera, Kira-Panagia, Psathoura o Skantzoura). De todas ellas, Alónissos es sin duda la más pintoresca, pues apenas se abrió al mundo en la década de los años 70 del siglo pasado, y aún hoy recibe un turismo familiar y nada masivo, lo que permite disfrutar de un auténtico ambiente isleño y de la soledad que muchos buscamos en nuestros retiros estivales.
Con apenas 65 km2 de extensión, muchas son las cosas que ver y hacer en Alónissos, desde descubrir sus magníficas playas hasta disfrutar de paseos por la isla o bucear en sus aguas transparentes.
Seguramente necesitaríamos un post entero para recorrer al detalle las muchas calas y playas que colorean la costa de Alónissos y explicar cómo llegar hasta ellas, pues muchas son inaccesibles por tierra y precisan de un acercamiento marítimo. De todas ellas, hemos querido mostraros tres paraísos, tres playas asombrosas, coquetas, silenciosas, hermosas hasta decir basta y, sobre todo, nada masificadas: Agios Demetrius, Milia, Spartines y Votsi.
Agios Demetrius: una lengua de arena blanca sobre el azul del Egeo
Es, sin duda, la playa más conocida de la isla, y seguramente la más visitada, aunque la afluencia es siempre poca si lo comparamos con cualquier playa española o con las de las islas griegas más famosas. Debe su nombre a un antiguo monasterio que fue destruido tiempo a por los piratas. Aunque su acceso por carretera es un poco estrecho, la playa cuenta con unos mínimos servicios, como algunos bares y la posibilidad de alquilar tumbonas para protegerse de su arena de piedras.
Spartines: todo el encanto de una playa salvaje
Resulta imposible acceder en coche hasta esta playa salvaje formada por dos impresionantes lenguas de arena de piedra y que es un refugio habitual de campistas y amantes del nudismo. Se llega hasta ella desde Votsi, subiendo hasta la parte más alta del pueblo y bajando luego por un camino de tierra hasta la playa principal. El recorrido merece la pena, pues se trata de una playa muy poco concurrida y que es habitual encontrar completamente vacía. La segunda playa, sólo es accesible por mar, en bote o rodeando a nado las rocas. Si quieres experimentar la sensación de estar en una playa desierta y salvaje, Spartines no te defraudará.
Votsi: nuestro refugio en Alónissos
Votsi es en realidad una extensión del pueblo principal de la isla, pero sin la concurrencia de turistas y comercios de Paritiri. Recogida y pequeña, es habitual encontrar familias nadando o buceando entre los pocos yates del puerto, y nunca la varéis con más de 20 personas. Además de su apabullante belleza, en Votsi podréis disfrutar del mejor restaurante de Alónissos, el Dendrolimano, un excelente refugio para gourmets y amantes del buen vino con unas vistas literalmente irresistibles.