Entrevista con Pablo Pascual, alma máter del proyecto Vertierra

Nos reunimos a charlar con Pablo Pascual, viajero, escritor y alma máter del proyecto Vertierra, en las oficinas de la agencia. A sus espaldas, nada menos que 18 años trabajando en el sector de los viajes de media y larga distancia, y casi medio mundo recorrido con sus propios pies y con una mochila a la espalda. De palabra ágil, no titubea al hablar del presente y el futuro de las agencias de viaje, y reivindica un servicio cercano, face to face, para los viajeros, centrado en dos características: conocimiento del destino e información fidedigna sobre lo que se contrata.

VERTIERRA: ¿Cómo surgió el proyecto Vertierra?

PABLO PASCUAL: Como surgen todas las ideas locas o, si lo prefieres, arriesgadas. Ana Galán y yo llevábamos varios años con una agencia propia especializada en Egipto y Oriente Próximo, a lo que se sumaba más de una década de experiencia en el sector de la venta de viajes de media y larga distancia. En el año 2007, decidimos apostar por ampliar el foco y abrir el abanico de países a ofertar. En realidad, ha sido todo un trabajo de hormiguitas, muy artesanal, conociendo uno a uno los distintos destinos y programas que ofrecemos para poder seguir proporcionando el tipo de servicio que nos gusta dar: cercano al cliente y con información de primera mano, recogida in situ allí donde viajamos.

VT: ¿Qué destino recomendarías a alguien que no ha viajado nunca fuera de Occidente? ¿Por dónde empezar?

PP: Buena pregunta. Hay muchos, y depende del continente al que queramos viajar o que más nos llame. Pero de todos ellos yo siempre recomiendo el mismo, porque al fin y al cabo soy el Director de Producto de África. Me refiero a Etiopía. Sigue estando relativamente fuera de los circuitos usuales y su oferta de experiencias es casi infinita: arqueológica, natural, incluso antropológica si quieres. Además, allí están las iglesias excavadas de Lalibela, que Kapu?ci?ski describía con razón como la Octava Maravilla del Mundo.

VT: De entre todos vuestros programas de viaje, ¿cuál crees que será la estrella del verano y por qué?

PP: Sin duda, Myanmar. De hecho, es uno de los productos más solicitados desde hace ya unas semanas, seguramente por su aparición en cierto programa televisivo. En cualquier caso, reúne todas las cualidades que atraen a un viajero empedernido: lejanía, exotismo, un país relativamente poco explotado turísticamente, al menos por el momento, y una gente acogedora y siempre sonriente. De todas formas, no soy objetivo: reconozco que no he podido estar todavía, y le tengo ganas desde hace mucho tiempo. Además, la experiencia de los miembros del equipo que fueron a Myanmar a comprobar las rutas y los servicios sólo puede calificarse de espectacular. No sé si será este verano, pero acabaré yendo por allí.

Pablo Pascual en Etiopía en 2011.

Pablo Pascual en Etiopía en 2011.

VT: ¿Qué le dirías a alguien para que decida viajar con Vertierra? ¿Qué os diferencia de la competencia?

PP: Bueno, nos gusta decir que en Vertierra ayudamos a cumplir sueños, y eso es precisamente lo que me gustaría transmitir. Tenemos la suerte de contar con un equipo experimentado, que ha viajado mucho y que conoce de primera mano los destinos que ofertamos. Esto es fundamental, pues nuestra labor no es tanto comercial como de asesoría: darle al viajero una información que no puede encontrar en otros lugares, la de quien ha viajado y conoce exactamente el producto que ofrece.

VT: En vuestro site, ofrecéis un programa solidario conjuntamente con la Fundación Vicente Ferrer. ¿En qué consiste? ¿Cómo surgió la idea?

PP: Llevábamos tiempo queriendo apostar por otro tipo de experiencia de viajes, que aportase al viajero algo más que una visita más o menos larga a una tierra lejana. Muchas veces, estamos tan cegados por la belleza de los paisajes que visitamos que no nos paramos a pensar en lo que nos rodea, y en ocasiones esta ceguera nos impide mirar el mundo con la curiosidad debida. Tanto Ana Galán como yo conocíamos la labor de la Fundación Vicente Ferrer de nuestras visitas a Anantapur, y nos pareció un buen modo de poner nuestra primera pica en el mal llamado “turismo solidario”, pues se trata de una organización intachable. Es un paso muy pequeñito, muy controlado, pero queremos que sea el primero de otros muchos. El turismo es un motor de desarrollo importante, pero creemos que el planteamiento no puede ser únicamente el del observador. Aquí he de decir que la generosidad de la Fundación es asombrosa: en seguida nos dieron el sí y lanzamos el programa.

VT: Estáis inmersos en una reestructuración importante de vuestro modelo de agencia, apostando claramente por lo digital e incorporando perfiles nuevos. ¿Ha cambiado mucho el sector del turismo en España? ¿Hacia dónde crees que se encamina?

PP: No puedo deciros nada que no sepáis pero, después de 18 años en el sector, los cambios han sido brutales. La digitalización ha cambiado la idea global de turismo tal y como se conocía hasta hace relativamente poco, y es ya un fenómeno de magnitud planetaria. Pero el cambio más importante viene sin duda del viajero o, si lo prefieres, del cliente. Hasta hace unos años, el papel del agente o asesor de viajes era equivalente al del psicólogo o, como digo muchas veces, al del barman. La información que tenía quien se iba a una agencia a contratar un viaje era muy escasa, y tenías que interpretar las necesidades del cliente, sus motivaciones, en fin, todo. Ahora quien nos contacta, por lo general, está muy bien informado, y si te descuidas casi sabe tanto como un agente al uso. Por eso el futuro, o mejor el presente, está en la especialización, en conocer de primera mano el producto que ofertas, o el país al que vas a enviar a una pareja o a un grupo de gente que, lógicamente, espera unos mínimos estándares de calidad. Nuestra tarea es, insisto, la de asesorar, la de proporcionar una visión global y fidedigna sobre los diferentes destinos. Y esto sólo se puede hacer si se ha viajado mucho y si se sigue viajando. Siempre he dicho que si no eres un viajero no deberías dedicarte a vender viajes.

VT: Sin ser demasiado indiscretos, ¿quién se esconde detrás de Vertierra? Háblanos de vuestro equipo de trabajo.

PP: El corazón lo formamos Ana Galán y yo mismo, por supuesto con un equipo de asesores de viaje muy formados y con muchos kilómetros en las piernas. En general, somos un equipo relativamente joven, que no supera de media los 45 años.

Fast check

Un lugar para perderse
El mercado de Keyafer, cerca de Turmi, en el Valle del Olmo (Etiopía).

La mejor copa me la tome en…

No fue una copa, sino una cerveza de mijo, varias en realidad, compartidas con los pueblos Dogón de la falla de Bandiágara, entre Mali y Burkina Faso.

Un restaurante que hay que conocer 

Sin duda, el McDonald’s de Jaipur. Fue uno de esos lugares puestos ahí para enseñarte algo. Yo odio el curry, y en la India es bastante difícil que algo no lo lleve. Llevaba días comiendo muy poco, y me moría por un poco de carne. En Jaipur, al ver el McDonald’s, salí corriendo vergonzantemente a hacerme con una hamburguesa. En seguida descubrí que todas eran vegetales… y que todas llevaban curry.

Un lugar al que volverías siempre
Estambul, siempre Estambul. 

Un lugar al que no volver 

La Isla de Sal, en Cabo Verde. Me parece el peor exponente del tipo de turismo que detesto: masificado y sin ningún tipo de sabor o color local.


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