Mali, Ghana y Burkina Faso, o por qué viajar a África este verano

Hay otros destinos más conocidos, o quizá sólo con un relato más constante de sus atractivos y parabienes, pero Burkina Faso, Ghana y Mali no tienen nada que envidiar al resto de países africanos. Por el contario, muchas son sus ventajas, y de hecho se cuentan entre nuestros destinos africanos favoritos.

Todavía desconocidos por buena parte de los viajeros occidentales, e incluso de aquellos que visitan el continente a menudo, Mali, Ghana y Burkina Faso esconden infinidad de secretos y maravillas naturales, y un envidiable patrimonio cultural y de la biodiversidad en un entorno libre de aglomeraciones turísticas. Desde Vertierra, os animamos a viajar a África este verano con el objetivo de conocer estas tierras asombrosas. Estamos convencidos de que viajar a África es una de las cosas que debe hacer todo viajero al menos una vez en la vida, y hay pocos lugares donde África se muestra al visitante con la fuerza, belleza y hospitalidad de estos tres países.

Lo repetimos: si tenéis ocasión, no dejéis de conocer las tierras de Mali, Burkina y Ghana. Y aquí os dejamos algunas razones para hacerlo.

Bani: la ciudad de las siete mezquinas

Mezquita de BaniMuy cerca de Dori, en la parte más septentrional de Burkina Faso, está Bani, conocida como “la ciudad de las siete mezquitas”, denominación que no requiere muchas explicaciones. Construidas en barro, las mezquitas de Bani sorprenden por su cantidad, muy inusual, pero sobre todo por su belleza rústica y la aparente endeblez de sus estructuras, que sin embargo han resistido al paso del tiempo con la colaboración de todos los habitantes de la ciudad quienes, conscientes del valor de su patrimonio, colaboran todos los años en las labores de reparación y conservación de sus templos.

Es curioso que una rareza como las mezquitas de Bani siga siendo tan desconocida para la mayoría de los viajeros, pues no es un lugar especialmente frecuentado por los turistas que se acercan a esta zona de África. Quizá -si aplicamos erróneamente un estándar occidental- influyan las pocas comodidades de la zona, pues es cierto que no abundan los hoteles o alojamientos ni los lugares donde comer, pero la ciudad y sus impresionantes mezquitas bien merecen una parada en nuestro recorrido. Además, siempre es un lujo visitar un lugar alejado de las masificaciones de otros destinos africanos más “populares”.

Arte y artesanía: la belleza al servicio de lo sagrado

Aldea LobiCollares de hierro y piedra, pulseras y anillos de plata magistralmente labrados a golpe de martillo, colgantes y adornos tuareg en forma de cruz, joyas de bronce fabricadas por medio de la técnica de la cera perdida… Los adornos o alhajas africanos, siempre abundantes y hermosos, no precisan de materiales nobles para transmitir la herencia cultural de sus portadores. Una de las cosas que siempre sorprende al viajero que no ha pisado estas tierras es la profusión de joyas y adornos corporales en lugares donde la mentalidad europea esperaría, tal vez, otras preocupaciones o menesteres. Pero no hay que olvidar que lo decorativo en África nunca es un fin en sí mismo, y que todas las joyas, adornos y alhajas contienen otros fines que parecen ocultos para el extranjero. La utilidad es variada, pues colgantes, collares o pendientes identifican al grupo, la tribu o la etnia, protegen a sus portadores de la influencia de los malos espíritus, o son símbolos antiguos de poder.

Esta unión imperecedera entre lo práctico y lo bello es una de las características del carácter y la cultura africanos, unión que trasciende también los adornos corporales para trasladarse a los objetos y utensilios dela vida cotidiana. Las calabazas, las sandalias, el mobiliario o las puertas de las casas (por mencionar simplemente unos pocos ejemplos), aparecen a menudo profusamente decorados, normalmente con funciones auspiciadoras, lo que indica que, a pesar de todo, África ha logrado preservar al menos una parte de su propia cultura frente a los constantes intentos colonizadores de otras latitudes más ricas, pero también menos respetuosas.

El Níger: el Gher-N-Igheasen o “río de los ríos”

Pescadores etnia Bozo sobre el NígerEs así, con esta ese nombre de origen bereber, “Gher-N-Igheasen”, como los malienses se refieren al río de las mil curvas, al que nosotros llamamos Níger, a su paso por el país. No es una denominación arbitraria (en realidad, nada lo es en África), pues en Mali, como ocurre en otros muchos lugares del continente, el río es siempre algo más que una mera lengua de agua: el río es la vida, y en Mali es además la arteria que estructura todo país. A pesar de sus crecidas, que lo hacen impracticable durante muchos meses, el río Níger mantiene una importancia capital en la vida de los habitantes de Mali, convirtiéndose en un medio de comunicación imprescindible para el comercio durante los meses de julio y diciembre, cuando las aguas se han retirado preparando las tierras para el cultivo y ya es plenamente navegable.

Pero no acaba ahí la importancia del río, pues buena parte de la vida cotidiana de Mali sucede en sus largas orillas: es allí donde los niños juegan, donde las mujeres lavan sus ropas de colores brillantes, los hombres lanzan sus redes de pesca y los animales beben y se refrescan. No en balde el 75% de la población de Mali vive en la orilla de este gigante de agua de caudal variable que procura fertilidad a las tierras aledañas y permite el sustento y la supervivencia de buena parte de su población.

No podemos olvidarnos tampoco de su asombrosa diversidad animal: el martín pescador, los cormoranes, las abubillas, las garzas… conviven con hipopótamos, cocodrilos, hienas y panteras, e incluso con los “genios del agua”, espíritus que guían a los pescadores en su labor, pero que pueden castigar a quienes se acercan al río con intenciones dudosas.

Los Dogón o la permanencia del animismo

DogónPocos pueblos han logrado preservar sus creencias y tradiciones con la firmeza y orgullo que demuestran los Dogón, a pesar del empuje del Islam en la región. Por ejemplo, su semana dura cinco días, y cada uno de ellos se celebra un mercado en una aldea o población diferente; su cosmogonía, de una complejidad inusitada, ha resistido el análisis de muchos estudiosos que se han acercado hasta estas tierras ancestrales. Se podría decir que viajar a Mali y no acercarse a estas tierras es casi un pecado para el viajero, pues difícilmente encontrará un lugar tan complejo y misterioso, donde observar in situ la pervivencia de ritos, ceremonias y formas de vida con miles de años de antigüedad. SI quieres saber más sobre los Dogon y sus tierras y costumbres, le dedicamos un post hace unas semanas, que puedes consultar aquí.

El color de la vida: los mercados de Mali y Burkina

BoromoNo hay mejor punto de encuentro en el continente africano que sus mercados, lugares para el comercio, las relaciones sociales y para evadirse de la rutina. Y no hay, seguramente, mejores mercados que los de Mali y Burkina, un caleidoscopio de sus poblaciones y auténticos crisoles de vida: mujeres, hombres y niños acuden a ellos por cientos, y abundan cabras, ovejas, bicicletas,  camellos, artesanía, bueyes, muebles, frutas… De todos ellos, quizá sea el de Djenne el más hermosos de todo el continente, pero no están a la zaga los mercados de Bamako, Bandiágara o Segu, en Mali, o los de Bobo Diulasso y Agadugú, en Burkina. Pero hay más a lo largo y ancho del país, demasiados para dedicarles aquí un espacio propio,  aunque sí terminamos este post ofreciéndoos la información que hemos podido recopilar en nuestros viajes por el continente:

Mercados en Mali
  • Djenné: no hay palabras para describir su asombrosa actividad. Si hay que visitar un mercado en todo África, sin duda es este de Djenne, que se celebra todos los lunes del año.
  • Bandiágara: de tamaño mediano, se celebra todos los lunes y jueves.
  • Kani-kombolé: pequeño y recogido, se celebra cada cinco días, siguiendo la semana Dogón.
  • Sangra: se celebra a diario, aunque son los lunes los días de mayor actividad. Tamaño mediano.
  • Mopti: Enorme en comparación con las poblaciones vecinas, se celebra a diario, aunque os recomendamos que lo visitéis los jueves.
  • Segu: diario, los lunes son el día de mayor actividad. Tamaño mediano.
  • Bamako: otro de los grandes mercados africanos. Se celebra todos los días de la semana. El fuego lo destruyó en 2013, pero ha sido reconstruido. Se le conoce como el “mercado rosa”.
Mercados en Burkina Faso
  • Gorom-Gorom: en la frontera con Nigeria, se celebra los miércoles o los jueves, dependiendo del clima.
  • Markoyé: mercado centrado en la compraventa de ganado, se celebra los lunes.
  • Uagadugú: gigantesco mercado permanente, que sólo cierra los domingos. Situado en un enorme edificio de la ciudad, tiene forma de cuadrícula y dos plantas.
  • Bobo Diulasso: diario, a excepción de los domingos. Se estructura por barrios. Sus famosos luthiers están en Bolomakoté, al sur de la ciudad; los tintoreros y fundidores en Koko; y las tejedurías tradicionales en el barrio de Diaradougou.

Si quieres viajar a África este verano, consulta nuestros programas haciendo clic aquí.

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