Dicen que la cocina es otra forma de viajar. Al comer, rememoramos con nuestros sentidos los momentos de dicha gastronómica, y sabemos que los sabores, los olores de un solo plato, pueden trasladarnos mágicamente y hacernos revivir aquel viaje que añoramos, o ese lugar donde hubiéramos podido comenzar una nueva vida. Si la cocina es también un viaje, cocinar es dedicarle tiempo a ese retorno a experiencias pasadas, demorarse cuidadosamente en el proceso de elaboración de un plato para disfrutar finalmente del resultado y, con los olores, las texturas, los sabores… viajar de nuevo, o imaginar un viaje.
Este nuevo viaje por las recetas del mundo comienza tímidamente, pues ya habrá tiempo de acometer platos complicados. Hoy os traemos nuestra experiencia cocinando un plato bogotano que llegó curiosamente desde Nueva York, el lugar donde una buena amiga, Magdalena Romero Córdoba, ha pasado la mayoría de sus 8 años americanos. En la ciudad de los rascacielos ha recopilado recetas de aquí y de allá, y al proponerle la idea de esta nueva sección gastronómica tuvo muy claro por dónde empezar: arroz a la naranja. “Es sencillo, vistoso, original y el resultado te encantará”, me dijo.
Y nos pusimos a la tarea.
Ingredientes
250 gr de arroz
3 naranjas grandes
2 dientes de ajo
1 cebolla grande
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas de mantequilla
125 gr de queso parmesano
Sal
Preparación
Calentamos el aceite y la mantequilla en una sartén o cazuela de tamaño mediano, para luego añadir la cebolla bien picada. Rehogamos a fuego medio. Picamos el ajo y, cuando la cebolla comience a dorar, lo añadimos, bajamos el fuego y luego sazonamos.
Exprimimos el zumo de las tres naranjas, lo colamos y lo reservamos. Empleamos la corteza de media naranja para picarla en trozos muy finos.
Cuando la cebolla y el ajo estén casi pochados, añadimos el arroz, la corteza de naranja y rehogamos a fuego medio durante 3-5 minutos.
Antes de añadir el zumo de naranja, hemos de añadirle agua hasta completar una cantidad de 600 ml. Una vez conseguido, lo añadimos a la cazuela. Mientras el arroz cuece a fuego lento, iremos moviéndolo circularmente para lograr el efecto risotto.
Cuando esté listo, añadimos el queso parmesano rallado y removemos bien hasta que se haya derretido y mezclado bien. Rectificamos de sal si es necesario y… ¡a emplatar!
¿Qué os parece el resultado?
¡Os aseguramos que merece la pena!
