Como corresponde al museo arqueológico más importante del mundo (pues así se conoce al país por méritos propios), visitar Turquía es encontrarse con un sinfín de sorpresas y rincones secretos, algunos de los cuales están alejados de los circuitos turísticos tradicionales. Te proponemos cinco visitas especiales, cinco lugares que te dejarán con la boca abierta y que no puedes dejar de visitar.
La ciudad de piedra caliza de Mardin
En la frontera de Tirquía con Siria, Mardin es una ciudad de historia milenaria y población multirreligosa que refleja la diversidad inherente al país: kurdos, cristianos, sirios y turcomanos comparten esta ciudad de casas de piedra caliza y en la que reina la Zinciriye Medresesi o escuela islámica local. Entre las atracciones de la zona destacan las ruinas de Dara Mesopotamia, una impresionante necrópolis que comparte espacio con los restos arqueológicos de la prisión y el foro romanos.
Las mazmorras de Yedicule
Es aquí, en el lugar ocupado por las siete torres de Yedikule Hisari donde estuvo, en tiempos del emperador Teodosio, la principal puerta de acceso a la antigua Constantinopla. Las torres formaron parte de la Gran Muralla de Estambul, u custodiaron el tesoro de la ciudad hasta su traslado al Palacio Topkapi. Como buena fortaleza y antigua mazmorra, la conocida como “fortaleza de las siete torres” tiene también su historia negra, pues en ella, según cuentan, se produjeron torturas e, incluso, asesinatos de reyes y sultanes.
El museo al aire libre de Göreme
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este lugar situado en el centro de la Capadocia parece salido de una ensoñación lunar. Caprichosa mezcla de naturaleza y acción humana, con túneles, viviendas y espacios religiosos excavados en la roca, está situado muy cerca de los valles de la Capadocia: el valle del amor, el valle de las hadas y el valle rosa, famosos por sus espectaculares paseos en globo. No os perdáis la iglesia de Karanlik Kilise, o iglesia oscura, la más famosa del museo y también la mejor conservada. Un consejo: si decides visitar Göreme, te recomendamos madrugar para evitar las largas colas de turistas.
El lago Tuz
En la ruta entre Ankara y Capadocia se encuentra Tuz Gölü, el lago salado más grande del mundo. Considerado en la antigüedad como un mar interior, el lago preenta unas dimensiones considerables: un total de 1.500 km², con 80 km de longitud y 50 km de ancho que varían en función de las estaciones y el nivel de precipitaciones. En verano, el agua se evapora casi en su totalidad y deja al descubierto un hermoso (y cortante) tapiz de agua y sal cuyo blanco recuerda a las arenas del desierto. No se lo pierdan.
La ciudad subterránea de Özkonak
Construida en la ladera del Monte Idis para servir de refugio ante los ataques de los invasores árabes, la antigüedad de la ciudad es aún motivo de controversia entre los especialistas, aunque las pruebas parecen indicar que se trataba de una zona habitada desde la remota Edad de Bronce. La ciudad, descubierta en 1.972, está formada por 10 pisos de galerías excavadas en la piedra volcánica que alcanzan los 40 metros de profundidad y que, al parecer, estaban acondicionadas para albergar a 60.000 personas durante un período de 3 meses. Durante los meses de verano, el horario de visita es entre las 8 y las 19 horas; en invierno, cierra un poco antes: a las 17.
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