Viajar a Madagascar: un paraíso natural lleno de contrastes

Aunque la reciente popularidad de esta isla-continente vino de la mano de una conocidísima serie de películas de animación, hace mucho que los viajeros del mundo saben que Madagascar es uno de los lugares ideales para enfrentarse a las maravillas de la naturaleza, no en balde se trata de un accidente geográfico único en el mundo, una isla que se separó del continente africano hace unos 130 millones de años y que guarda una de las biodiversidades más alucinantes de todo el planeta. Viajar a Madagascar es, de hecho, enfrentarse a toda una rareza, a las maravillas de un auténtico “laboratorio de la evolución” con especies de fauna y flora únicas y autóctonas, imposibles de ver en cualquier otro lugar de la Tierra.

Viajar a Madagascar: un paraíso natural lleno de contrastes

Por supuesto, hay mucho que hacer en un viaje a Madagascar, y de hecho es un destino excelente para los amantes del trekking, el buceo, la observación de corales o el simple disfrute de sus hermosas playas, como las de Anakao, Saint Marie, Santa María o Fort Dauphin, auténticos paraísos para el relax.

Viajar a Madagascar: un paraíso natural lleno de contrastes

El listado de maravillas de Madagascar es muy extenso. Incluye rarísimas formaciones geológicas (los famosos tsingys), paisajes lunares, ciudades de inspiración colonial, pueblos pesqueros tradicionales, las pintorescas aldeas del altiplano malgache y sus terrazas de cultivo, la avenida de los Baobabs (un gigantesco prominente grupo de ejemplares de este árbol de la región de Menabe, en el oeste de la isla), una gastronomía de fusión repleta de influencias de los lugares más diversos del mundo e, incluso, los célebres canales Pangalánes, que tienen el honor de ser los canales artificiales más grandes del planeta.

Viajar a Madagascar: un paraíso natural lleno de contrastes

Peor de todas ellas, la más recomendable, aquello que no puede perderse incluso el más perezoso de los turistas es el avistamiento u observación de animales. Aquí, los números cantan (de hecho, son literalmente apabullantes): 300 tipos distintos de reptiles, 253 clases de aves, 178 de ranas, 105 especies de mamíferos, 32 sólo de primates y, lo más asombroso de todo, 105 especies endémicas (como los simpáticos lémures, de los que hay nada menos que 35 especies autóctonas), únicas de una isla con ecosistemas muy diversos, desde sus zonas desérticas a los bosques tropicales, pasando por los llamados bosques xerofíticos, aglomeraciones vegetales adaptadas a un clima seco.

Viajar a Madagascar: un paraíso natural lleno de contrastes

Viajar a Madagascar: un paraíso natural lleno de contrastes

Hay muchas reservas o parques naturales en Madagascar, y es posible ir saltando de uno a otro para conocer los distintos climas y condiciones de la isla, siendo las más populares las reservas de Marojejy, Analamazaotra, Isalao, Périnet, Bemaraha y Ranomafana, nombres todos derivados del particular dialecto (también único) de los malgaches, los habitantes de Madagascar, y que procede de Malasia e Indonesia. Muchos de ellos han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y, si tuviésemos que destacar alguno, os hablaríamos sin duda del curioso Zombitse Classified Forest, con más de 800 especies distintas de mariposas, o el fantástico bosque milenario de la reserva de Reinala.

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