Preparamos Tzatziki, una deliciosa receta griega de indudable influencia turca

Nuestro paseo por las recetas del mundo continúa con la elaboración de un aperitivo sencillo, fresco y sabroso, ¡además de muy saludable! Nos referimos al Tzatziki, la popular salsa de yogurt y pepino, un excelente aperitivo para una tarde de calor o como acompañamiento de arroces o carnes a la brasa. ¡Que lo disfrutéis!

Dicen que la cocina griega es una cocina de verano, pero quizás la razón provenga del sol del mediterráneo, de ese clima templado que compartimos todos los países del Mare Nostrum y que los habitantes del norte identifican con un verano perpetuo. En realidad, la cocina helénica, de antigüedad milenaria, es una cocina rústica y directa, pegada a la tierra desde los tiempos de los filósofos clásicos, cuya dieta se basaba en almendras, higos y quesos potentes, como el feta, y en el fruto del árbol del olivo. De hecho, la cocina griega, como la española, sigue enhebrada todavía alrededor del aceite de oliva, el oro líquido del Mediterráneo.

El Tzatziki es en realidad una salsa que acompaña a suculentos platos de carnes asadas, pero también se sirve con arroces o con el famoso souvlaki, suculento plato de carne marinada acompañado de verduras y que se come con las manos, con pan de pita o a la manera de un picho moruno; pero la salsa Tzatziki (palabra griega derivada del truco cazik) es también un aperitivo ideal para los meses de calor, una salsa fresca, sana y ligera elaborada a base de yogurt y pepino que resulta deliciosa acompañada de finas tiras o palitos de zanahoria.

Os contamos cómo preparar esta sencilla receta que os hará disfrutar de los días de calor que todavía disfrutaremos en septiembre.

Ingredientes para 4 personas

 

1 pepino grande o 2 medianosIMG_2195

250 gr. de yogur natural griego

2 cucharadas de zumo de limón

2 dientes de ajo

2-3 cucharadas de aceite de oliva extra virgen

Una pizca de sal

Una pizca de pimienta negra

Eneldo o menta frescos

Zanahorias (al gusto)

 

Nuestra preparación

 

Comenzamos preparando el pepino. Debéis pelarlo, partirlo por la mitad para quitarle bien todas las pepitas (dentro de lo posible) y después desmenuzarlo empleando un rallador.

Tzatziki

 

Una vez rallado, se coloca en un colador y se escurre bien hasta que haya expulsado casi todo el agua. Tened en cuenta que el pepino está compuesto en un 90% de agua, así que tendréis que dejarlo colando un buen rato o ayudaros con una cuchara para presionarlo contra el colador.

Tzatziki

 

A continuación, se coloca el pepino rallado y sin agua en un bol de tamaño adecuado, se vierten el yogurt griego y el aceite y se mezcla todo bien. Después, se añaden los dientes de ajo machacados, que además cortaremos en trocitos pequeños para evitar sorpresas desagradables en la mezcla; también añadiremos un par de hojas de mentas previamente picadas, el zumo de limón y una pizca de pimienta. En nuestro caso hemos preferido la negra, por su mayor sabor, pero también podéis utilizar pimienta blanca si lo preferís.

Tzatziki

 

Si queréis lograr un punto más agrio, también podéis añadir una cucharadita de vinagre de vino blanco, aunque nosotros hemos optado por omitir este último paso.

Ya sólo falta mezclarlo todo bien, tapar el bol y enfriarlo en la nevera durante aproximadamente 30 minutos y servirlo acompañado de unos palitos de zanahoria o untado en delicioso pan de pita. ¿A qué tiene buena pinta?

Tzatziki

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